Fuera, en la calle , llueve, como en los últimos días, como
los últimos años.
Dentro, bajo el calor de los focos las sonrisas se vuelven a
tornar en preocupación, las cosas no funcionan, las piezas no encajan, y afuera
no para de llover.
Otro verano de ilusiones desilusionadas, otro invierno de
una realidad tan cruda que hace yaga al masticar, ya no se recuerdan las cenas
de postemporada ni las ojerosas mañanas llenas de felicidad.
Jugadores descorazonados vagan por lo que antes era
denominado palacio y ahora más que palacio de príncipes y tiradores es un gueto
de malcriados que estrellas creen ser.
El aficionado, acostumbrado a ver a sus ídolos partirse la
cara por su equipo, ahora debe convivir con un conjunto sin intensidad, ni ganas,
con miedo a ganar, que consigue producir desafección en cualquiera que trasnoche
mas allá de un partido.
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Ciudadano de Detroit queda atrapado en unas recientes inundaciones. |
Alegres cantos y esperanzadoras odas se escribieron a la
firma del nuevo capitán del barco, "Stan The Man", pero perecieron mas allá de la
preseason con el buque que debía comandar.
Demasiados años en un eterno vagar, sin rumbo, sin destino,
viendo el tiempo pasar y las ilusiones naufragar.
Los entrenadores vienen y van y los aficionados, que luchan
por mantener su ilusión, ven como a poco su llama, se puede apagar, sin saber a
dónde vamos, sin saber el que será.
Fuera, en la calle, llueve, como en los últimos días, como
en los últimos años, busco la esperanza y no la encuentro.
Artículo de @ospupin
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